Como ya sabemos, el ácido hialurónico es una molécula que se encuentra de forma natural en nuestro organismo.
La concentración más elevada de éste está en los fluidos en los ojos y las articulaciones.
Si bien, se utiliza en mayor medida en medicina, cosmética, estética, cirugía plástica y como complemento por vía oral, el ácido hialurónico es conocido por su eficacia en trastornos de la articulaciones, incluyendo la osteoartritis.
Este tratamiento, recomendado por un profesional sanitario, puede ser por vía oral o inyectable.
Como se ha comentado anteriormente en este web, la fuente de extracción de esta sustancia es prácticamente sintética a partir de hialurónico «cultivado» en el laboratorio.
La FDA aprobó su uso también para cirugías oculares, incluyendo la extracción de cataratas, el desprendimiento de retina y el transplante de córnea, así como otras lesiones menos graves en los ojos (también existen geles oftálmicos).
Durante una operación, el producto se inyecta en el ojo para ayudar a reemplazar los líquidos naturales y conseguir condiciones de hidratación y asepsia adecuada en la zona.
Debido a su capacidad de retener agua (hasta 100 veces más que su propio peso molecular), en cirugía oftálmica, por tanto, se emplea para proteger los tejidos del ojo sensible.
Lubricación de ojos y uso en infecciones virales
Uno de los múltiples uso del hialurónico, o sales derivadas, es la lubricación del ojo.
Muchas personas sufren de sequedad en los ojos, y ello puede deberse a bajas concentraciones de hialurónico en el humor vítreo que son provocadas por diferentes agentes o patologías.
Por esta razón, para aliviar estos síntomas, el aporte del ácido como lubricante o sustituto de lágrimas se hace esencial para el cuidado y mantenimiento ocular, y todo ello sin alterar el organismo ni padecer ningún tipo de reacción (ojo, porque conservantes y excipientes tienen una posibilidad).
Siguiendo esta línea, el ácido hialurónico también está recomendado (y se comercializa con aprobación de los organismos oficiales) para el tratamiento de la conjuntivitis.
Esta patología no es más que una inflamación de la conjuntiva, y que generalmente asociamos a un párpado u ojo irritado.
Por eso, se vende como gel oftálmico para aquella sintomatología que produzca una irritación e inflamación ocular ya sea un conjuntivitis de origen vírico o bacteriano, así como otros problemas comunes como puede ser el orzuelo.
Uno de los estudios que realizó la Universidad de Maryland Medical Center fue la combinación de ácido hialurónico junto con extracto de Ginkgo Biloba en una solución de lavado ocular (un colirio) como tratamiento (considerado) natural.
De hecho, ya se acepta la inclusión de Ginkgo Biloba en los tratamientos para las cataratas o la degeneración macular.
Si bien, el estudio estaba más enfocado a cumplir el objetivo de ofrecer a los médicos todas las alternativas disponibles (farmacológicas y no farmacológicas) para el tratamiento de la conjuntivitis, la inclusión del ácido hialurónico no es casual debido a sus excelentes propiedades.
De todas formas, y por el momento, todavía no hay suficiente evidencia científica para demostrar una eficacia absoluta del ácido hialurónico en el ojo seco, traumas o quemaduras oculares.
Uno de los motivos para no poder afirmar rotundamente sus propiedades en lo que respecta a los ojos es que existen otros factores que pueden condicionar un transtorno en la visión y que nada tienen que ver con la concentración de ácido hialurónico o la hidratación del ojo.
De momento, solamente la inyección de la sustancia en cirugía ocular ha demostrado ser eficaz (p.ej en cataratas).
Fuentes de información:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19396774
http://www.umrehabortho.org/health/medical/altmed/condition/conjunctivitis
http://www.webmd.com/eye-health/eye-vision-tv/video-how-to-soothe-dry-eyes